Hay muchas cosas que hacen que me sienta vivo; son suficientes las razones que tengo para tener la motivación de levantarme cada mañana lleno de energía, a pesar de las adversidades que pueda tener. Prefiero dirigir mis pensamientos hacia cosas positivas y agregar optimismo a todo lo que me sucede; sin embargo, soy consciente que debo ‘mantener los pies sobre la Tierra’. Por un pesimista que no contempló la grandeza del avión se inventó el paracaídas, a propósito, ¿sabes quién inventó el paracaídas? Yo no, pero sí sé que los Hermanos Wright fueron grandes precursores en lo que hoy es el transporte más seguro del mundo, uno de los inventos más maravillosos y lleno de bondades.

Una de las razones por las que no obtenemos los resultados anhelados es porque antes de empezar la batalla nos damos por vencidos. Creer en ti, en tus capacidades, en tus habilidades es el primer paso hacia el éxito y la felicidad.

Vender es una labor llena de retos, es de las profesiones más hermosas del mundo, es hacer que otros crean en ti, es hacer que confíen en ti, es demostrar que puedes llevar a la calma a alguien que está al borde de la desesperación, quizás exagero, pero vender es una de las pasiones que me impulsan a vivir, y porque vivo lo que hago es que me lo tomo en serio y le demuestro, cada vez que puedo, a mis clientes que acudir a mí es siempre la mejor opción.

En la primera parte de esta entrega comenté los factores externos que afectan el alcance de los logros (¿Por qué no obtengo los resultados que quiero? – 1/2), ahora te voy a decir qué elementos sí está a tu alcance revertir para alcanzar los resultados que necesitas. Te aseguro que si los aplicas a tu trabajo como vendedor nunca más serás el mismo, sobrepasarás lo que ni tú creías posible superar.

  1. Sé positivo, pero realista. Solamente llegarás si crees que puedes hacerlo. Piensa que puedes hacerlo, entiende que puedes lograrlo; sin embargo considera los límites y no permitas que tus ambiciones te lleven a caminos imposibles.
  2. Invierte en ti. Si bien es cierto que a la tumba no nos llevaremos nada material, también es cierto que el conocimiento que adquieras será sólo tuyo y nadie podrá quitártelo. Fórmate constantemente, pues el mundo va a un ritmo vertiginoso y si te quedas donde estás estarías retrocediendo.
  3. Asume tu responsabilidad. Cuando las cosas salen bien no es necesario buscar al responsable, aparece solo; sin embargo, cuando los resultados no son los esperados, en repetidas ocasiones tendemos a culpar a otros, pretendemos librar nuestra culpa; pero si eres parte del equipo, entonces también eres parte del fracaso.
  4. Sé experto. Casi para todo tenemos un nivel básico, avanzado y uno experto. En todo lo que haces como vendedor, escoge algo para convertirlo en tu fuerte principal. Si vendes diferentes líneas de productos, procura especializarte en alguna, tanto como para que todos en la oficina deban acudir a ti cuando llegue un caso complejo en esa área.
  5. Aléjate de las malas influencias. Creo que a todos hemos tenido la desafortunada experiencia de tener un compañero de trabajo que solamente transmite mala energía. Si no logras influenciarlo con tu ‘buena vibra’, entonces desiste y aléjate ¡te puedes contagiar!
  6. Superarte: tu principal reto. Si superar a alguno de tus compañeros porque vende más o capta mejores cuentas que tú es tu norte, te invito a cambiar de dirección. La única persona a la que debes sobreponer es a ti mismo. Si este trimestre no conseguiste captar la cantidad de cuentas que pensabas, Inténtalo en el próximo, y repite cuantas veces sea necesario. Esto te asegura un éxito sin rencores.
  7. Da un paso más. Sí, la famosa «milla extra», esa que tanto exigen los jefes. En realidad es bueno no limitarse, sí es correcto segmentar muy bien tus responsabilidades; pero no te impidas pasar el límite. Si nadie te pidió hacerlo, pero puedes hacerlo y toca hacerlo, ¡pues hazlo! Y no lo hagas esperando ser reconocido, hazlo por el nivel de compromiso con tu equipo y con la organización para la cual trabajas. Aunque si eres el jefe y ves algo así en un colaborador tuyo, una palmadita en la espalda acompañada de un «gracias por tu esfuerzo» no te costará mucho y sí lo representará para tu cooperante.

Ser un equipo de trabajo cohesionado requiere la atención de todos los miembros. Apóyense mutuamente, no procuren el reconocimiento individual por encima del colectivo. Es mejor ayudar a tu compañero a completar ese diez por ciento que le falta para lograr la meta del mes que dedicar ese esfuerzo en ti cuando ya hace rato que alcanzaste tu meta. Recuerda que «el que termine primero, ayude a su compañero».

Con todo esto, espero que tengas suficientes herramientas para trabajar en lo que debe ser tu mejor proyecto como vendedor: tú mismo.

Hasta la próxima entrega y no olvides dejar tu comentario abajo y compartir en tus redes sociales. ¡Un abrazo cálido y gracias por leerme!